Cultura
Salud recupera sólo 30 mil pesos tras volver museo su sede en CDMX
La Secretaría de Salud informó que finalizó la mudanza después de la pandemia de Covid-19
La 4T obtuvo 30 mil 500 pesos por la venta de hasta 40 toneladas de leña, fierro viejo y vidrio conseguidos del desmantelamiento del inmueble sede de la Secretaría de Salud en su transformación a museo, con la creación del Centro Nacional de Culturas de Salud y Bienestar.
Mediante una adjudicación directa (folio DGRMSG-DS-AD-01/2023), la Secretaría de Salud, encabezada por Jorge Alcocer, puso a la venta 15 mil kilos de leña común, 20 mil kilos de desechos ferrosos contaminado y cinco mil kilos de vidrio, obtenidos de distintas áreas de la dependencia, ubicada en Lieja 7, en la Ciudad de México.
Tras el proceso, en el que participaron tres diferentes empresas, Salud determinó que Reciclables América S.A. de C.V. debía ingresar a la Tesorería de la Federación los 30 mil 500 pesos de manera previa al retiro de los desechos, lo cual ya ocurrió, según confirmó la dependencia a este medio. Dicho monto es menor respecto a los 870 millones de pesos que costaría el museo, de acuerdo con datos de la dependencia.
Producto de una promesa de campaña del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador en 2017, las secretarías de Estado se trasladarían a las entidades. Turismo tendría sede en Quintana Roo, Educación en Puebla y Salud en Guerrero, entre otras.
Al inicio de 2023, la Secretaría de Salud informó que finalizó la mudanza después de la pandemia de Covid-19 y 16 meses de negociación con los representantes de 47 mil trabajadores de la dependencia.
Salud estimó que únicamente 433 trabajadores de mandos medios y superiores se trasladaron a Acapulco, a uno de los pisos del Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C5), pero sólo 205 estaban de manera permanente; el resto, incluido el secretario Alcocer, tienen oficinas también en la Ciudad de México.
Después de la descentralización y la mudanza, la Secretaría de Salud dio a conocer que la sede de Lieja se convertiría en la sede del museo de la Salud.
Ese edificio fue el primero que construyó el gobierno posrevolucionario de México, la edificación tardó cuatro años, y lo inauguró el presidente Emilio Portes Gil en noviembre de 1929. Fue concebido como un trapecio por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia, paraalojar al entonces departamento de Salubridad e Higiene.
Está ubicado en la entrada al Bosque de Chapultepec, a un lado de la Puerta de los Leones, a fin de que fuera la primera dependencia cercana a la residencia oficial del Presidente de México, que en ese entonces era el Castillo de Chapultepec.
En su concepto original, el edificio albergó áreas de investigación y laboratorios, espacios para atención al público, aulas, imprenta y hasta una cárcel o zona de separos para infractores por consumo de enervantes. Cuenta con tres pisos para uso de oficinas con amplios pasillos conectados por puertas de madera.
“La estructura del inmueble es mixta de acero remachado y con entrepisos de concreto armado y fachadas de cantera gris de Xaltocan y rodapiés de recinto negro que le imprimen un carácter de sobriedad y elegancia al monumento”, indica la dependencia en un documento histórico sobre la edificación de su sede.
Agrega que el cuerpo principal tiene “singulares puentes de acero forrados de lámina de cobre amartillada que enmarcan majestuosamente los accesos vehiculares de estas vialidades”.
El Sol de México preguntó a la dependencia de dónde se extrajeron las toneladas de leña, fierro viejo y vidrio que se pusieron en venta, y respondió a través de Roberto Ávila, director de Suministros de la Unidad de Administración y Finanzas, que la directora general de Desarrollo de la Infraestructura Física, encargada del Proyecto integral de restauración para el establecimiento del Centro Nacional de Culturas de Salud y Bienestar (CNCSB), solicitó el apoyo para realizar el retiro de materiales provenientes de esa obra.
Estos fueron considerados desechos para su disposición final, según las Normas generales para el registro, afectación, disposición final y baja de bienes muebles de la administración pública federal centralizada, “derivado del desmantelamiento de diversos bienes y materiales adheridos a dicho inmueble”.
Precisó que los bienes habían permanecido por mucho tiempo en las instalaciones, y “a pesar del mantenimiento que se les procuraba, registraron daños físicos en su estructura, determinándose como desechos de bienes muebles”.
Presentaban degradación, oxidación y corrosión debido a su uso, por lo que no fueron considerados para su reutilización.
“Los mismos se encuentran en pedacería de vidrio y madera, metales oxidados o picados, correderas vencidas, cubiertas rotas y astilladas, estrellados, desnivelados, con partes faltantes, desoldados, etcétera”.
Dijo que al ser desperdicios fueron apilados con otros materiales, como tablaroca, sin que representara un daño para las instalaciones o el patrimonio arquitectónico.
La dependencia informó que los desechos se almacenaron afuera de las instalaciones de Lieja, sobre la acera. Este medio acudió a verificar si aún estaban ahí, pero ya fueron retirados debido a la adquisición.