Política
Desactiva Sedena más de 2,700 bombas en el sexenio de AMLO
Expertos coinciden en que criminales usan los artefactos explosivos como forma de infundir miedo. Al igual que el año pasado, en este 2023 Michoacán sobresalió como el de mayor número de desactivaciones de explosivos con 447; Jalisco se ubicó detrás, con 161; Guanajuato con 129 y en Aguascalientes con 40 casos.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que desde el 2012 y hasta el 21 de agosto pasado su personal desactivó 2,925 artefactos explosivos en 25 de los 32 estados del país, usados frecuentemente por el crimen organizado.
En lo que va de la actual administración, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (2019-2023), se han desactivado el 95.6% (2,798) del total de los explosivos.
Los estados con mayor número de artefactos desactivados, en el periodo mencionado fueron Michoacán (1,429); Guanajuato (668); Jalisco (414) y Baja California Sur (121).
Mientras que al final de la lista se ubicaron Sinaloa (1); Tlaxcala (2); Morelos (2); Baja California (2) y San Luis Potosí (2).
Según datos proporcionados por la Sedena, a través de la solicitud de información 330026423002846, durante el 2022 se registró la cifra más alta de estas acciones que se tenga registro desde el 2012, pues la Sedena se encargó de desactivar un total de 1,209 explosivos en todo el país.
Por otro lado, del 1 enero al 21 de agosto de 2023, la Sedena informó que ha realizado 822 de estas acciones, en todo el país.
Al igual que el año pasado, en este 2023 Michoacán sobresalió como el de mayor número de desactivaciones de explosivos con 447; Jalisco se ubicó detrás, con 161; Guanajuato acumuló 129 y en Aguascalientes se han presentado 40 casos.
Desafío para autoridades
Expertos consultados coincidieron en que los ataques con explosivos, por parte de grupos criminales buscan desestabilizar y desafiar la autoridad de las instituciones de seguridad del país, además de infundir miedo y mostrar poder.
Gerardo Rodríguez Sánchez, coordinador académico del Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia, en la Universidad de las Américas Puebla, comentó que este tipo de ataques con bombas buscan infundir temor en las fuerzas de seguridad y en las autoridades de justicia a nivel estatal y federal.
En su opinión, este tipo de ataques también tienen el propósito de desestabilizar a las instituciones de seguridad del país.
El experto subrayó que el uso de explosivos no ha sido dirigido indiscriminadamente a la población en general.
Y es que, cabe recordar, los grupos del crimen organizado han atacado, en diferentes ocasiones, en los últimos años, estaciones de policía, bases militares y de la Guardia Nacional con explosivos.
“Lo que vemos (en los ataques) es un patrón, en donde sí hay una selección a los cuerpos de seguridad estatales y federales. No hemos visto que busquen causar temor en la población en general. Si no lo que buscan es causar temor, sobre todo en las mentes de los cuerpos de seguridad”, aseguró.
Por su parte, Alma Eunice Rendón, exsecretaria Ejecutiva adjunta del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, destacó que el crimen organizado ha ido perfeccionando sus métodos y aumentando la violencia que ejerce en algunas zonas del país.
Aunado a que los cárteles han demostrado ser cada vez más sanguinarios; lo que se ejemplifica con el uso de detonaciones de bombas, mediante drones.
La especialista hizo hincapié en que estos métodos permiten llevar a cabo ataques sin la necesidad de una participación humana directa, pues con el uso de estos artefactos no es necesario que individuos se desplacen hasta el lugar de ataque.
Además, Rendón Cárdenas sugirió que estos métodos también se utilizan para aumentar el impacto y el miedo, pues pueden llegar a generar una percepción de poder y control por parte de los grupos criminales.
Ambos expertos concluyeron que es necesario que las autoridades mexicanas aborden de manera efectiva el crecimiento de los ataques con explosivos improvisados por parte de los grupos de la delincuencia organizada.