Baja California Sur
En riesgo ante arribo de cruceros Balandra, en Baja California Sur
El dragado de 78 mil 870 metros cúbicos de lecho marino para lograr el calado que requieren los megacruceros en el puerto y los canales de navegación la ponen en jaque
Balandra es la joya de la corona en La Paz, Baja California Sur, un área natural protegida declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2012.
Para muchos Balandra es la playa más bonita de México, con su emblemática piedra en forma de hongo, famosa en todo el mundo, porque es una de las fotografías que no pueden faltar en el Facebook o Instagram de quienes llegan a visitarla.
Muy cerca de ahí, se encuentra el muelle del puerto de Pichilingue, habilitado para recibir ferris de carga y pasajeros procedentes de Topolobampo y Mazatlán, Sinaloa, donde ahora se quiere dar la bienvenida a cruceros turísticos tipo Oasis, los más grandes del mundo.
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Se trata de barcos que parecen ciudades flotantes con 360 metros de eslora, desde la proa a la popa; 220 mil toneladas de peso y capacidad para hospedar a cinco mil 400 pasajeros en ocupación doble con todas las comodidades como bares, restaurantes, cine, teatro, albercas con olas, entre muchas otras.
Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, advirtió que el nuevo muelle con dos posiciones en Pichilingue, estaría ubicado a menos de dos kilómetros de distancia del Área de Protección de Flora y Fauna Balandra.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental, presentada el pasado 11 de noviembre para análisis y evaluación de la Semarnat, el proyecto que tardaría 19 meses en construirse, operaría durante 70 años como “un complejo turístico-portuario”.
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La idea es realizar en el sitio actividades recreativas, culturales, gastronómicas, deportivas, comerciales y de esparcimiento, lo que representa una inversión de más de 30 millones de dólares, reveló José Arturo Musi, presidente de la Asociación Mexicana de Cruceros.
«Tendría acuario, restaurantes muy bonitos, y tiendas, en fin, el área la van a mejorar totalmente”,
adelantó.
El también representante de compañías de cruceros en el Pacífico Mexicano, destacó que los empresarios que ganaron la licitación de esta infraestructura turística de muy alto nivel, en la pasada administración federal son nacionales y forman parte de Aquamayan Adventures.
Explicó que esta firma construyó en su momento con gran aceptación el muelle de cruceros Gran Costa Maya, en Mahahual, Quintana Roo.
«Es tan exitoso que es el segundo puerto que más capta arribos de cruceros en México, primero es Cozumel y después Mahahual, tiene más arribos que Cabo San Lucas, que Vallarta, que Mazatlán y que Ensenada”,
detalló.
TIPOS DE TURISTAS
La Paz se encuentra justo en el momento que debe definir qué tipo de turismo quiere y necesita.
La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), en voz de su presidenta estatal en Baja California Sur, Julia Hinojosa, se pronunció a favor del desarrollo económico pero sin matar a la gallina de los huevos de oro.
«Claro que queremos el desarrollo económico y esto va aparejado con un desarrollo turístico, pero bajo un principio de sustentabilidad; no podemos acabar con las maravillas naturales que nos caracterizan, porque después nadie va a querer venir a visitarnos”,
consideró.
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De acuerdo con la Asociación Mexicana de Cruceros, cada pasajero que desciende a tierra firme por espacio de ocho horas gasta en promedio de 80 a 100 dólares, además de que el barco paga al puerto de desembarque de 350 mil a 500 mil pesos, lo anterior sin contar la promoción invaluable que se hace del destino turístico.
«La Paz es un destino nuevo para los cruceros y es un sitio que ahora se está volviendo popular por la situación sanitaria, porque ya se están buscando los lugares chiquitos de pocas aglomeraciones”,
reconoció José Arturo Musi.
En su oportunidad, Mario Sánchez, director de la oficina Noroeste de CEMDA, dijo que el proyecto representa un serio riesgo de impacto ambiental, además de que es incompatible con el Programa de Desarrollo Urbano de La Paz, que prohíbe en la zona donde está el puerto de Pichilingue la construcción de plazas comerciales.
«Incluso el Ayuntamiento de La Paz con la presidenta municipal Milena Quiroga ya dio su opinión y adelantó que se va a apegar al Programa de Desarrollo Urbano, por lo que estamos esperando que la Semarnat solicite opiniones técnicas a las autoridades municipales, estatales y en su caso federales”,
adelantó.
Cualquier persona preocupada o interesada en el proyecto de Ampliación del muelle de Pichilingue que busca dar cabida a megacruceros, puede participar en la consulta pública sobre la Manifestación de Impacto Ambiental, abierta hasta el próximo 20 de enero, a través de la página electrónica: http://consultaspublicas.semarnat.gob.mx/llenado/03bs2021t0025
La intención es que a finales del próximo año comiencen a llegar más de 100 cruceros tipo Oasis a La Paz, procedentes de San Diego o Los Ángeles, Estados Unidos.
BALLENAS, DELFINES Y TIBURÓN BALLENA
La Bahía de La Paz tiene una posición clave para las especies migratorias que llegan en el invierno a Baja California Sur, buscando sus cálidas aguas para dar a luz y proteger a sus crías como son la ballena azul, la más grande del mundo o la ballena jorobada, dio a conocer Jorge Urbán, doctor en ciencias.
El profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) opinó que el ruido de los megacruceros y la eventual contaminación por los combustibles vertidos al mar, ahuyentarían a estas carismáticas criaturas.
Además, resaltó que éste es el hogar permanente de poblaciones de delfines, así como del rorcual tropical y rorcual común o ballena de aleta, que estadísticamente es la especie más sensible a los choques con barcos.
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«En particular en el caso de las ballenas, una de sus amenazas a nivel mundial son las colisiones con embarcaciones; los choques de los grandes barcos con las ballenas, que muchas veces la tripulación ni se entera, porque no hace ni un ruidito, debido al gran tamaño de los barcos, está afectando muchas poblaciones de ballenas”,
comentó.
Sobre el particular, el representante de empresas de cruceros, afirmó que, aunque las ballenas se ven muy grandes pueden maniobrar en el agua y es poco probable que choquen con los barcos.
«No digo que no, ha pasado con barcos en Japón, pero es muy raro”,
consideró.
El doctor Urbán agregó que a todas estas presiones se debe sumar que existe una emergencia climática y, debido a la elevación en la temperatura del mar, las especies están cambiando de distribución más hacia el sur o al norte, lo que impacta también a los prestadores de servicios turísticos, por ejemplo, que ofrecen el nado con tiburón ballena.
DRAGADO
Uno de los puntos que preocupan a colectivos, organizaciones de la sociedad civil e investigadores es que las obras contemplan el dragado de 78 mil 870 metros cúbicos de lecho marino para lograr el calado que requieren los megacruceros en el puerto y los canales de navegación.
El biólogo Alejandro Olivera alertó que la pluma de sedimentos alcanzaría a los arrecifes de coral, que son ecosistemas ricos y megadiversos, pero también críticos y sensibles a cualquier alteración.
El dragado es clave durante la etapa de construcción para el muelle de cruceros, ya que puede haber una suspensión de sedimentos que serían arrastrados y depositados por las corrientes sobre las zonas donde habitan los corales”, indicó.
Por su parte, Mario Sánchez, director regional Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), señaló que el proyecto de ampliación del muelle se encuentra dentro de un sitio Ramsar, es decir, donde hay humedales de importancia internacional.
Al respecto, José Arturo Musi, aseguró que en la zona se draga todo el tiempo, desde que se hizo el puerto de Pichilingue, e incluso recientemente la actividad fue más intensa debido a que se construyó la terminal de gas, que surtirá a la Termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
«La Administración Portuaria Integral de Baja California Sur (API), que próximamente se convertirá en Asipona (Administración del Sistema Portuario Nacional Baja California Sur), tiene una draga chiquita que constantemente desazolva como parte del mantenimiento en el puerto, porque de lo contrario se acumularía la arena y ya no podrían llegar los barcos”,
subrayó.
Fuente: Excelsior.